Cocinar:
Para mí cocinar no es solo
una manera de saciar el hambre, es una forma de expresar mi creatividad, me
gusta mezclar nuevos sabores… sus resultados no son siempre los más acertados
ya que hay diferentes gustos, pero la mayoría de veces resulta ser una
experiencia suculenta y exquisita.
Recuerdo que de pequeña me
gustaba saber los componentes de las comidas, solía preguntarles a los mayores,
apuntar las recetas y luego pedirle a mi madre que preparara los alimentos,
pero era una misión imposible, ya que a mi madre nunca le ha gustado la cocina,
recuerdo mi infancia comiendo restaurantes cada momento del día, si algún día
desayunaba o cenaba en casa era gracias a mi abuela que aunque tampoco estaba por
la labor cedía solamente porque tenía tres bocas que alimentar. Antes de darme
cuenta de mi pasión por la cocina estaba convencida de que mi futuro seria la
Pediatría, que irónico, cambié una bata blanca por un delantal blanco. Toda mi
vida disfrutando e interesándome por los sabores de cada plato, ya fuera de un
restaurante de categoría o de un bar, siempre estaba atenta para descifrar los
ingredientes.
Fue hasta hace 6 años que descubrí realmente cual era mi profesión, un día de tantos cocinando en casa, ya que como siempre mi madre no cocinaba, hacia un plato que me encantaba y por el cual tenía que pagar más de 10€ cada vez que quería comerlo y el bolsillo no aguantaba para tanto, pues en fin, decidí que tenía que saber cómo se hacía, y manos a la obra. Ese día en mi casa estaban muy contentos porque por fin comeríamos algo que no estuviera procesado o viniera enlatado y directo al microondas… Y voila los langostinos a la crema que tanto deseaba estaban en la mesa y desprendían un aroma exquisito, que el resultado al probarlos fue gratificante. Fue entonces cuando me planteé seriamente lo de estudiar cocina. Menos mal, una decisión muy acertada ya que cada quien que viene a mi casa espera que le sorprenda con una delicatesen.
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